El béisbol (del inglés baseball), también llamado beisbol o pelota,[1] es un deporte de conjunto jugado entre dos equipos de 9 jugadores cada uno.
Es considerado uno de los deportes más populares del mundo.
El objetivo del juego es golpear una pelota con un bate (batear), desplazándola a través del campo y correr por el campo interno de tierra (infield) buscando alcanzar la mayor cantidad de bases posibles hasta dar la vuelta a la base desde donde se bateó (home) y lograr anotar el tanto conocido como carrera, mientras los jugadores defensivos buscan la pelota bateada para eliminar al jugador que bateó la pelota o a otros corredores, antes que éstos lleguen primero a alguna de las bases o consigan anotar la carrera (véase Reglas para más detalles del juego).
El equipo que anote más carreras al cabo de los nueve (9) episodios, llamados innings (o entradas) que dura el encuentro, es el que resulta ganador. Si al término de los nueve innings regulares persiste un marcador igualado en carreras, el encuentro se extiende cuanto sea necesario para que haya un ganador, según las reglas básicas del juego no existe el empate, permitido sólo en ligas amateurs e infantiles para limitar el desgaste de los jugadores.
lunes, 2 de junio de 2014
Aunque una de las características más fascinantes del beisbol es que el tiempo no determina el juego, los accesorios con los que se practica han tenido que evolucionar inevitablemente.
Idos son los días en que los peloteros vestían 'pijamas' en el parque, guantes de 'ferroviarios', gorras que parecían sombreros o zapatos con picos adaptados en lugar de los spikes que hoy conocemos. Hoy la modernidad ha revolucionado también al Rey de los Deportes, y a nivel profesional cada aspecto es cuidado a detalle para permitir un mejor rendimiento.
Vayamos por algunos pañuelos por aquello de la nostalgia y hagamos un viaje para descubrir cómo han lucido cronológicamente estos inseparables compañeros, implorando en el trayecto que sean sólo ellos los que evolucionen de la 'prehistoria', pero la esencia del juego se mantenga intacta.
GUANTES
Corrían los 1870's cuando los jugadores comenzaron a utilizar guantes para protegerse, pero ha sido una larga historia llegar a los que actualmente conocemos. En un principio la idea no era del todo aceptada, pues se asumía que los hombres no debían vestir guantes; sin embargo, al surgir los primeros eran pedazos de cuero cubriendo la palma y parte de los dedos, al estilo ferroviario, y una vez que fueron aceptados la forma derivó en algo más parecido a los de cocina.
Hacia 1920 se adaptó una especie de red a la manopla (que se hizo más profunda posteriormente) y hoy, a casi 150 años, los guantes son esenciales e incluso hay un modelo adecuado para cada posición.
Las 108 costuras no siempre han sido el distintivo de las pelotas, en el Siglo 19, allá por los 1850's, éstas ni siquiera eran blancas, estaban hechas de restos de gomas de zapatos viejos y cubiertas en cuero, e incluso tenían una circunferencia variable (de unas seis pulgadas) dependiendo de quien la fabricara (los propios peloteros).
No fue hasta pasando 1910 que se emplearon en blanco y comenzó a utilizarse corcho en el centro... para nuestra decepción en los primeros años si una era conectada a las gradas los aficionados no podían quedarse con ellas y tenían que ser devueltas para seguir usándolas en el juego. Así que son toda una reliquia.
BATES
Los antecesores del madero actual eran mucho más pesados, tenían un mango más grueso y cierta conicidad, se les llegaban a pintar una especie de anillos en el mango con el color del equipo. Además, no había una medida oficial, pero una predecesora fue de 30 a 40 pulgadas de longitud y unas 49 onzas de peso (alrededor de un kilo 300 gramos). Al principio los jugadores podían experimentar libremente en tamaño y materiales, pero para finales del Siglo 19 la norma se estableció en 42 pulgadas, longitud que sigue siendo un estándar hoy en día.
En cuanto a materiales la madera siempre ha sido el principal, siendo arce, nogal y bambú algunas de las variedades más populares. Ok, también existen los de aluminio, pero esos no son empleados en el beisbol profesional.
¿Aún no lagrimean?
Los tres incondicionales de arriba tienen su historia que vale la pena profundizar más adelante. Pero si aquellos 'fósiles' nos sorprenden, llevemos la experiencia al extremo y veamos cómo lucía el resto de accesorios, algunos hoy imprescindibles, ya sea por protección o por tradición.
Olvídense de las New Era, nada más 'in' que un sombrero beisbolero o las gorras antiguas que todavía llegan a usar los equipos en los 'turn back the clock' days
Éste era el aspecto clásico de un pelotero del Siglo 19, una indumentaria similar a la del cricket:
Qué va de estos zapatos que se comenzaron a usar a finales de los 1860's...
A los actuales spikes...
CASCOS
Antes de 1900 los bateadores no empleaban casco, fue hasta 1905 que llegó el primer prototipo estilo 'goofy', similar al utilizado en el box. Aunque seguía sin ser un requisito, un golpe a la estrella de antaño Roger Bresnahan en 1907 marcó un antes y después, ya que éste podía volver a jugar pero tenía que estar protegido, por lo que usaría casco.
Sin embargo, siguió siendo una excepción y 13 años más tarde, con la desafortunada muerte de Ray Chapman al ser golpeado en la cabeza, se comenzaron a gestar las primeras intenciones de brindar protección a los bateadores (también influyó en que la bola fuera blanca). Sería hasta 1937, cuando el mítico receptor Mickey Cochrane sufrió fractura de cráneo, que se tomó en serio la propuesta, y vendrían experimentos como el 'Polo Helmet'.
Desde 1939 comenzaron a usarse esporádicamente y en 1941 fue adoptado finalmente el uso (hechos de plástico y cosidos) por una liga, ¿el primer equipo conocido en usarlos? Los Dodgers, y les seguirían los Senadores, los Gigantes... Para 1956 ya era una regla en la Liga Nacional y el resto es un ir y venir de 'ensayos y errores', golpes y lesiones hasta llegar a un prototipo que protegiera mejor a los bateadores.
La protección para los catchers (umpires incluidos) es hoy una prioridad debido a que son quienes están más expuestos a recibir pelotazos en zonas peligrosas como el rostro, garganta o pecho. De ahí que la evolución de los accesorios para receptores sea más 'adaptativa' que estética:
El beisbol siempre ha combinado su magnificencia con una estética inigualable en ningún otro deporte y también se admira en los detalles, como los calcetines o cinturones, infaltables todavía.
Hasta aquí llega nuestra reminiscencia beisbolera y es hora de volver a nuestra era, inevitablemente seducida por las repeticiones instantáneas y la fabricación industrial de los instrumentos. Quizás nunca volverá aquel beisbol 'primitivo' que permitió llegar a este eslabón, pero al menos la tecnología sirve para conservar su rastro y poder esparcirlo como insignia de la identidad del Rey de los Deportes; bueno, también la tecnología puede servir para destrozar la esencia del juego, pero esa es cronología aparte...
George Herman Ruth ,más conocido como Babe Ruth, fue uno de los jugadores profesionales de béisbol de Grandes Ligas de mayor talento y más populares de la historia. Ruth despertó del letargo a este deporte durante sus primeros años con los Yankees debido al escándalo de juegos amañados en la temporada de 1919. Desde ahí formó una leyenda alrededor de su persona tanto dentro como fuera del campo: sus numerosos récords, anécdotas, su pasión por la vida nocturna, su desmedida inclinación por la comida y la bebida que le hacían poseer una oronda figura muy lejos de lo que hoy llamaríamos deportista y su popularidad entre los niños y tantos otros aspectos lo convirtieron en un icono estadounidense por excelencia.


Años finales
Desde la muerte, en 1929, del mánager de los Yankees Miller Huggins, Babe deseaba dirigir al equipo. Su deseo no se cumplió por la fama que acarreaba de irresponsable. Ésta fue una de las razones por la que firmó con los Boston Braves, pues después de la temporada esperaba tomar las riendas, pero tampoco lo consiguió. Otra vez tuvo la esperanza de hacerlo con los Yankees y también con los Dodgers, pero otra vez fue descartado. Se retiró definitivamente del béisbol en 1936. Para culminar su carrera, ese mismo año, fue ingresó en el salón de la fama.
Su actividad fuera del campo fue variada. Fue portavoz del Gobierno de los Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial para adquirir bonos, visitó orfanatos y hospitales, y dio conferencias en la radio.
La fatalidad alcanzó al bambino al serle diagnosticado cáncer en la garganta en 1946. Hizo su última aparición frente a los fans de los Yankees en un histórico homenaje el 13 de junio de 1948, 25 años después de la apertura del estadio; además, el número de su uniforme (3) fue retirado.
Murió el 16 de agosto de 1948 a los 53 años. Su cuerpo yació frente a la entrada del Yankee Stadium durante dos días en los que 100.000 personas le vieron por última vez.

Años finales
Desde la muerte, en 1929, del mánager de los Yankees Miller Huggins, Babe deseaba dirigir al equipo. Su deseo no se cumplió por la fama que acarreaba de irresponsable. Ésta fue una de las razones por la que firmó con los Boston Braves, pues después de la temporada esperaba tomar las riendas, pero tampoco lo consiguió. Otra vez tuvo la esperanza de hacerlo con los Yankees y también con los Dodgers, pero otra vez fue descartado. Se retiró definitivamente del béisbol en 1936. Para culminar su carrera, ese mismo año, fue ingresó en el salón de la fama.
Su actividad fuera del campo fue variada. Fue portavoz del Gobierno de los Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial para adquirir bonos, visitó orfanatos y hospitales, y dio conferencias en la radio.
La fatalidad alcanzó al bambino al serle diagnosticado cáncer en la garganta en 1946. Hizo su última aparición frente a los fans de los Yankees en un histórico homenaje el 13 de junio de 1948, 25 años después de la apertura del estadio; además, el número de su uniforme (3) fue retirado.
Murió el 16 de agosto de 1948 a los 53 años. Su cuerpo yació frente a la entrada del Yankee Stadium durante dos días en los que 100.000 personas le vieron por última vez.
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